domingo, 12 de septiembre de 2010

Veo pájaros dirigiéndose hacia el sur

Era el verano del 98, estamos en Torremolinos, eran las 2 de la mañana. Habíamos salido del piso a eso de la una. A las 10 de la noche estábamos duchados y preparados para la etapa. Todas las noches nos sentábamos a jugar a las cartas, nos poníamos nombre de ciclistas y empezábamos la etapa, quién perdía a las cartas bebía y quién bebía más, ganaba la etapa.

En la discoteca nos pusimos a bailar. Recuerdo esas noches en la que no paraba de bailar, esas noches donde tu juventud te daba alas, recuerdo esas noches con cariño, me divertía bailando, sin prestar atención al sexo opuesto. De repente, nos hicieron un coro y apareció una vachalita bailando de espaldas. Se movía como una cobra al son de la flauta, pantalones apretados y perfil de ensueño. Se acerco a mí, a mis 17 años y pico, y me vino sin dar la cara, ,,,me bailo de espaldas, se me acercó y yo que no tenía estudios y que no me habían echado nada los reyes, me lancé como león sobre gacela de thompson en el serengueti, ella me empujo hacia la pared (si que tenía estudios) y delante de todo el mundo quiso desnudarme.

Recuerdo separarla y decirle que no,no que si estábamos locos o qué (no me entendió, era guiri) cuando hubo una distancia entre nosotros, veo a mi Vaka, a mi Tran y a mi Capi, descojonarse por las esquinas. Los miro, y la miro a ella.

El 9 de diciembre de ese mismo año me regalaron una lata de callos. El paralelismo esta claro, la vachalita tenía un culo bonito pero de cara, según el vaka era doña rogelia. De ahí viene la frase de osssssssssssstia callo!!!!.

Como podéis imaginar ese día aprendí a que en la vida, a veces un buen culo no es sinónimo de belleza y a que antes de ir hacia delante tienes que dar unos dos pasitos para atrás, a que a veces hay que retirarse del árbol para ver el bosque.

Eso me ha pasado hoy. No es oro todo lo que reluce. No son todos los días domingos, ni sábados, sino que hay domingos que parecen lunes por la tarde aunque amanezcan luminosamente domingos. Hay días en que debes mirar la semana de reojo y con distancia, no vayas a dejar arrastrarte por ella y llegues al final sin enterarte de lo que va la vaina. Aunque ya lo he dicho más de alguna vez, yo no sé de que va la vaina en está vida.

Esta peculiaridad de los espacios también opera en el tiempo, especialmente en septiembre, que llega de pronto y sólo entonces sabes que existió una cosa llamada verano, centro de un cronómetro eternamente dominguero y ciego, sol directo a los ojos que no te permite ver más allá de esa sartén a la que llamamos agosto.

Estoy estresado, necesito descanso emocional, la espera me mata y alejarme tanto del árbol, tampoco me deja ver el bosque, ya sólo veo pájaros dirigiéndose hacía el sur. Suena el viento a lo lejos y yo ya he llegado a casa, he llegado tarde, pero ha merecido la pena. Es importante llegar.
Aquí estoy, sentado, con la chimenea preparada y la sopa en la lumbre, vente cuando quieras, te estaré esperando como a la calma después de una tormenta. Soy feliz porque tú existes y sé que existo porque tú me imaginas, que más puedo pedir?

El mediano y la iba van a ser padres de un vachal, va a tener colita y están pensando en ponerle nombre,,,yo lo llamaría blei,,,bollakido de blei.

Free falling,,,necesito mi paracaidas...tu.



Nos vemos cuando nos miremos o cuando se nos reflejen las pupilas.

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