Mañana no será lo que Dios quiera

Aires de otoño, aires que enjuagan las paredes bañadas por un verano hastío, vuelve el patinaje sobre el hielo, el viento que trae el azar de un otoño marcado por el frío del norte, vuelven las noches sin días, las hojas al suelo...vuelven los grajos con gabardinas....empieza a olerse la sal en las calles. Y aunque no ha nevado todavía, todo se prepara para la llegada de ese todopoderoso color blanco en Canadá.

Ya no quedan libélulas, ni cascabeles, ni aromas de mujeres, ni flores de cerezos, ni dolores de rosas, ni caricias del sol. Ya no quedan ojos llorosos por el cloro, ni chulitos de playa, ni noches mezclados con el día, ni tinto de verano, ni moscas, ni mostikos, ni falditas, ni heladitos, ni caracoles, ni noches pardas, ni pardas que se esconden en la noche, ni sueños eternos, por no quedar,,no quedán ni engaños.

Mañana no será lo que Dios quiera.....te lo digo yo canijo...mañana no será otoño...os dejo con un resumen corto del verano,,,ole las coles.





Nos vemos cuando nos miremos o cuando se nos reflejen las pupilas